lunes, 22 de marzo de 2010

SOLEDAD


Soledad, fiel compañera, tú que vas conmigo a todo lugar, tú que me escuchas aunque no diga nada, tú que no pronuncias palabras pero te oigo gritar.
Amiga mía, hoy que es de noche, estando sentado en mi cama, te siento llegar.
Te detienes en la puerta de mi cuarto y te invito a pasar.

¿Cómo has estado?
¡Tanto tiempo sin verte!
Vamos a platicar.

Hace unos días iba por la avenida y en medio de tanta gente, me vino tu imagen a la mente y empecé a recordar todas esas veces que me hiciste compañía. Ha sido toda una vida. Como olvidar tantos momentos de tristezas y alegrías. ¡Como olvidar!

Recuerdo que en mi infancia nos hicimos amigos, yo jugaba con mi pelota preferida una tarde de primavera, y tú parada en una esquina algo tímida me veías jugar.
De pronto un sonido explosivo nos hizo gritar y salir a la carrera, había reventado un foco del edificio donde vivía. ¡Já! Menudo problema.
Pero fué divertido, era uno de tantos en una infancia algo traviesa.

Soledad ¿Cómo haces para encontrarme siempre?
¿Cómo haces para acompañarme en los momentos indicados?
Perdón. No te esfuerces en querer explicarlo.
No hace falta, yo te sé descifrar.
No. En serio. No hace falta en verdad.

Soledad, tú que te manifiestas con el sonido del viento.
Tú que te muestras desde lejos.
Tú que coquetamente exhibes tu figura en el humo de un cigarrillo.
Tú que llegas imponente con un imaginario brillo.
Tú que vas y vienes tantas veces sin que nadie pueda detenerte.
Tú que siempre estás en todo momento.

Tú que me das un fuerte abrazo cuando pierdo a mis seres queridos.
Tú que en ese momento lloras conmigo.
Tú que me escuchas cuando hablo solo o tal vez cuando hago silencio.
Tú que vas a mi lado mientras voy en un auto rumbo al trabajo.
Tú que haces de copiloto en un viaje interno.

Tú que corres detrás mío cuando tengo un día de perros.
Tú que evitas que haga una tontería en ese momento.
Tú que te apareces a cualquier hora, sea de noche o sea de día.
Tú que llegas pronto con la tranquilidad adherida.
Tú que vas como amuleto en el bolsillo derecho cuando me siento dubitativo.

Incluso te apareces a mi llamado sin preguntarme el motivo.
Así como hoy que has aparecido después de mucho tiempo.
Pero sabes querida amiga, hoy ha sido un día de aquellos.
Me siento muy cansado.
Voy a recostarme y cerrar los ojos un rato.
Pero te voy a seguir platicando.

-Abro mis ojos. Ya es un nuevo día-

¡Ay Carajo! Se hace tarde.
Tengo que salir rápidamente para el trabajo.
Pero ¿Y mi amiga Soledad?
No importa.
Sé que muy pronto volveremos a vernos.
Hasta pronto Soledad.


lunes, 15 de marzo de 2010

NO TE MIENTO


Entiendo tus dudas y en verdad no te culpo, eres tan frágil y dócil para este mundo, que temes ser lastimada en el alma muy profundo.
En verdad te entiendo y te comprendo, pero prometo hacer todo lo posible para protegerte y alejarte del peligro en lo absoluto.

Confía en mí, en éste amor que siento por tí, en éste sentimiento tan puro y transparente que sería incapaz de lastimarte; ven conmigo, no vaciles y entrégame los sentimientos más bonitos que en tu corazón habiten.
Confía en mí, sin miedo. Te aseguro que seré el guerrero que defienda tu vida, arriesgando la mía segundo a segundo.

Confía en este amor que llevo dentro mío, que es tan grande que supera lo infinito.
Te pido ya no dudes de mí, porque me dejas muy herido.
No lo hagas, nuevamente te lo pido.
{Silencio} ¿Oyes eso? ¿Ésos ruidos?
Es mi corazón que late fuerte como estallido, el sonido de un suspiro cuando respiro y un te amo de mi boca cuando te miro.

Ven a mis brazos, quiero estar contigo. No te miento, quédate conmigo. Ya te tengo y siento que revivo. Ya te siento y veo que he vencido.
Mis palabras, son reflejo de un amor comprometido, son del alma de un amor correspondido y son palabras que ante Dios te he prometido.

Porque en ti encontré el amor que siempre he querido, porque amo con la pasión que recorre todo mi cuerpo y porque te amo con todo éste amor que llevo guardado por dentro. Por eso es que te prometo que tanto aquí en la tierra como allá en el cielo, te amaré por siempre hasta superar lo eterno. Te lo juro mi amor. Y no te miento.



lunes, 8 de marzo de 2010

ESTIGMA



Sólo sé que te extraño y te necesito a mi lado.
Tenerte lejos me agobia, resiente mis heridas,
aquellas que brotan cuando resigno tu despedida
cada vez que de mí te has alejado.

El saberte lejos me arrebata de a pocos
porque me hace venir a menos,
dejándome triste y vacío
cuando la razón pierde sentido
aunque esto me vuelva loco.

Ahogado en un mar de llanto interno,
un estigma que llevo tatuado adentro
con agujas que marcan mi cuerpo
las palabras del sufrimiento
que tu partida me ha dejado.

Y aunque escuche tu voz a lo lejos,
mi necesidad no se calma,
porque necesito el reflejo de tu mirada
el intenso azabache de tus cabellos
y el perfume hipnotizador de tu cuerpo.

No te miento
En verdad me haces falta
No te tengo
Y la tristeza me mata

Pero ya no tengo palabras para decir lo que siento,
no hay más nada que alivie éste corazón dañado.
Basta ya, te lo digo en mi último aliento,
te extraño y te necesito a mi lado.

lunes, 1 de marzo de 2010

DARIA TODO

Me gustaría poder darte todo lo que te mereces, pero no puedo, sólo puedo darte un amor eterno y sincero que llevo dentro; no sé si será poco o tal vez sea mucho, lo único que puedo saber, es que nunca será suficiente, y eso sólo yo sabré comprenderlo.

Si por mi fuera te daría mi cuerpo y mi sangre, por ti daría la vida misma, sin que nadie me detenga y sin miedo a perderla.
Te daría la luna y todas las estrellas para que hagas un collar con ellas, te daría el sol y sus rayos abrasadores para que pinten tu piel y la decoren.

Te daría el cielo y sus colores, el tiempo y sus estaciones, las flores y sus olores. A ti te daría la noche y el día, el sueño y la vigilia, la pasividad y las emociones. De los ángeles sus canciones; y de mis posesiones, los mejores poemas, porque eres sus inspiraciones.

En fin, te daría todo lo humanamente posible, con tal de ver tu felicidad, incluso por ti haría hasta lo imposible, con tal de hacerlo realidad; y no te miento te digo la verdad.

Porque si tú eres felíz, yo seré felíz, y si tú estás triste, no te preocupes que ahí siempre estaré yo, para devolverte la alegría y la tranquilidad que necesites, para amarte diariamente con mucha intensidad y para amarte como siempre ... hasta la eternidad.