lunes, 28 de diciembre de 2009

QUERIDA HERMANITA

Quiero decirte que te quiero mucho y que te extraño, que cada día que pasa aprendo a convivir sin tu presencia y aunque me resista a comprender tu ausencia, lo tengo que aceptar a la fuerza.

Tenía quince años y muchas cosas en la cabeza, recuerdo que a esa edad me repetías con sutileza, que llegaría el momento en que deje de ser un niño, para convertirme en todo un hombre, y que Dios siempre estará conmigo, bendiciéndome con su grandeza.

Todo era alegría, la felicidad en casa era inmensa, pero un hecho cambió nuestras vidas, y conocí el significado de la tristeza, una noticia fatal arruinó mi infancia, acabó con mi inocencia, me enteré de tu partida pero me rehusaba a creerla.

Recuerdo que fui a buscarte y te encontré diferente, no respondías a mis palabras, yacías inerte, hermana no te vayas, por favor no nos dejes, te necesito a mi lado, no quiero perderte.

Que alguien me diga que ésto no es cierto, que todos me digan que sólo es un sueño, delirio, ficción o una pesadilla, por favor mamá dime que todo es mentira.

Por favor mi Señor escucha a tu siervo, imploro a tu amor, responde a mi ruego, te pido nuevamente atiendas mi plegaria, apelo a tu grandeza no me quites a mi hermana.

Prometo ser un buen hijo, prometo ser buen hermano, apiádate de mí, escucha mis reclamos, acaso no te doy pena, me tienes arrodillado, con la voz entrecortada y los ojos inundados.

Tu hermana nos ha dejado, ya no estará con nosotros, me dijo mi padre entre sollozos, ahondando mi sufrimiento, ahogado en mi llanto, gritando en silencio y sin poder comprenderlo.

Han pasado los años y sé que estás en los cielos, aunque siempre te siento cerca, sé que ahora estás muy lejos.

Quisiera volver a verte, poder oír tus palabras, abrazarte fuertemente y sentir que nos amas, es difícil sentir todo ésto y espinosa mi agonía, pero sé que finalmente, estaremos juntos algún día.

Te extraño mucho querida hermanita.


lunes, 21 de diciembre de 2009

LLEGASTE TU

Llegaste tú para cambiarlo todo, para poner orden en mi vida y en mis pensamientos, te metiste sigilosamente en mi corazón para manejar mis latidos, para orientar mi rumbo y controlar todos mis sentidos.

Abordaste en mi rumbo, para detener el tiempo, para controlar las agujas del reloj, para poner fin a los momentos bohemios, para acabar con una etapa inestable, para enseñarme un amor bueno.

Entraste a mi corazón en el momento indicado, y descubrí que había esperado por tí desde hace mucho tiempo, para unirnos hasta el final de nuestros días, para vivir algo que sea eterno.

Viniste a mi vida para escribir el mejor cuento, aquel en el cual serías mi princesa y en que ambos construiríamos un reino.

Apareciste en mi camino en el mejor momento, para tomar las riendas del destino, para ser la estrella que ilumina mi firmamento.

Y finalmente llegaste tú, para encontrarme a mí mismo, y comprobar día a día que sin tí, yo no existo.

viernes, 18 de diciembre de 2009

LO RECUERDO

Recuerdo la primera vez que te ví, me saludaste cordialmente como si esperaras por mí, me detuve en tus ojos, me perdí en tu mirada, me quedé sin aliento, sin poder decir nada; deambulé en tu figura como pluma en el viento, admirándote toda, alabando tu cuerpo, perdido en el tiempo y en aquella piel canela, que te hacían ver linda, que te hacía ver bella. Cierro mis ojos y aún lo recuerdo.

Nos conocimos poco a poco hasta hacernos amigos, compartimos ideas, vivencias de niños, hablábamos sobre diversos temas, nuestros anhelos en la vida, nuestras virtudes y defectos; en verdad disfrutaba mucho el estar contigo, me agradaba tenerte cerca, escuchar tu voz pronunciando mi nombre, me había acostumbrado a tu presencia, era inevitable sentir todo eso, el sentimiento más grande había llegado, me tomó por sorpresa, ¡Me he enamorado! no puedo creerlo.

Me propuse conquistarte y emulando aquel viajero que descubre un mundo nuevo, comencé a explorarte, recorrí tus sentimientos pasando por tu mente, descubrí un alma pura y transparente, viajé a los más profundo de tus pensamientos, en el cual encontré una fuente de amor gigante, generada por un corazón inmenso, esperando ser descubierto por aquel viajante que se adueñase de su universo.

El destino jugó a mi favor, pues no es casualidad ni suerte, estaba escrito en las páginas de mi vida ¡El amor llegará algún día! me decía innumerables veces; encontrarte fue el primer paso, conocerte fue el siguiente, vamos ... tómame de la mano y caminemos firmemente, porque el camino es largo y duradero, vamos ... sin miedo, prometo no soltarte, porque llegaremos hasta el final del sendero, escribiendo las líneas de nuestras vidas, la historia de un amor sincero y lo haremos juntos, pero con la misma tinta y lo haremos juntos, por un amor verdadero. Cierro mis ojos y aún lo recuerdo.